Cuarto día en Kirsehir, pero menos.
Hemos madrugado y a las 8:30 nos han venido a recoger nuestros compañeros turcos con un minibús para trasladarnos a conocer parte de la región.
El paisaje es duro. Apenas hay arbolado y como estamos en el final del otoño los campos de cereales y remolacha están grises o marrones.
La primera parada ha sido Hacibektas. Esta localidad lleva el nombre de un filósofo que con sus ideas marcó una nueva forma de vivir la religión islámica. Por aquí dicen que las ideas de sus textos filosóficos coinciden con las de la declaración de derechos humanos. Nos ha gustado mucho el monasterio en el que vivió. Se respiraba paz. Alí nos lo ha explicado todo muy bien. Ah!, el señor se llamaba Bektas, el prefijo Haci delante de su nombre quiere decir que ha estado en la Meca.
Después hemos parado en Avanos. Allí hemos visitado una alfarería. Este pueblo tiene muchas, la tierra de este terreno es muy buena para hacer piezas en los alfares. Mientras nos preparaban la comida hemos cruzado el río por un puente colgante. En el restaurante hemos hablado con el dueño que sabía español y que había estado en nuestro país a finales de octubre. Se ha alegrado mucho de conocernos.
Después nos han llevado a Kapadocia. Os enseñaremos las fotos: las formaciones geológicas son impresionantes y las construcciones de viviendas e iglesias en su interior también.
A las cinco y media hemos llegado al hotel. Durante el camino ha comenzado a llover y cuando os escribimos aún continua cayendo una lluvia fina.
Nos hemos dado un baño en las piscinas termales con el agua muy caliente y después de cenar (a las siete y media) nos hemos puesto a trabajar para preparar la sesión de mañana en el servicio de educación.
Desde aqui muchos besos a las gentes de Fraga, Zaragoza, Zaidín y Ballobar.
Carlos, Marta, BEa, Isidro, José Luis, Paquita, Sonia y Carmen.
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