lunes, 27 de enero de 2014

POESÍA EN LAS AULAS 8




Cuento tonto de un ciempiés 
a quien nombraron cartero

III   invierno

Pero, al fin, cierto día,
nada más despertarse,
don Ciempiés dio un respingo
- ¡huyuyuy!... ¡qué frío hace!
Se asomó a la ventana
y se asustó: - ¡mi madre!
Si está todo nevado…
Esto ya es alarmante.
Inviernito tenemos…
¿cómo voy a arreglarme
Sin zapatos ahora?
Los pies van a quedárseme
Congelados del todo…
Nada. Ya no hay escape.
¡a comprarme zapatos!
Y me voy al instante
Sin que nadie me vea
Y sin desayunarme
Pues, si no, mi señora…
¡uf! No quiero que me arme
La gran bronca… me largo
Antes de que sea tarde.

Y, a la chita callando,
se escapó. Ya en la calle,
vio a unos perros jugando
con la nieve… - chavales,
si mi esposa pregunta
por mí, que he ido a comprarme
los zapatos… y corro…
¡me parece que sale!

Ciempiés son muchos “pieses”.
Era ya mediodía
y aún estaba el cartero
en la zapatería
venga y venga a probarse,
con la tripa vacía,
tan cansado y rabioso
que los ojos le ardían,
cuando, desde la puerta,
se oye una vocecilla:
- Dice madre que vengas
Que la sopa se enfría…

  - ¡ah! ¿Sí?... mira, monada,
dile a tu mamaíta
que aún voy por el zapato
treinta y nueve. Que siga
con la sopa caliente
y, de paso, me fría
por lo menos un kilo
de chorizo y cecina
y, después, que me haga
una buena tortilla
y… que espere sentada
que termino enseguida.

A fuerza de probaturas
y derrochando paciencia,
don Ciempiés quedó calzado
de la cola a la cabeza.
Llegó a su casa a las tantas
con un hambre tan tremenda
que, dejando a su mujer
que riera a rienda suelta,
se zampó todo el almuerzo,
comida, merienda y cena
sin olvidar vino y postres…
Por milagro no revienta…
Pero, ¡quia!... Feliz al fin,
dio un abrazo a la parienta
y le dijo: - ciempiesita,
Ríe todo lo que quieras.
Ahora tengo zapatos,
Me alegra verte contenta.
Pero es tarde. Vámonos
A dormir. ¡basta de juerga!
Que hoy no ha tenido correo
La gente y estará negra.
Mañana madrugaré
Y ¡a repartir las tarjetas
De navidad que, este año,
Ya están llegando a docenas!

Se marcharon a acostar
Y aquí acaba la historieta.

Cuentos tontos para niños listos. Ángela figuera aymerich. ajonjolí

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